Durante el embarazo, el aumento de peso, el cambio de centro de gravedad y otros factores, pueden desencadenar dolores de espalda que pueden resultar difíciles de solucionar.
Para evitar estos problemas, vamos a sugerir una serie de recomendaciones básicas:
1- Ejercicio físico moderado: lo ideal son ejercicios acuáticos, yoga o pilates, que permiten fortalecer la musculatura y ganar flexibilidad sin sobrecargar las articulaciones.
2- Mejora tu postura al estar de pie: cuello estirado, peso repartido entre las dos piernas, hombros bajos y hacia atrás y saca pecho.
3- Al sentarte: Procura mantener la espalda recta y simétrica, con los dos pies apoyados en el suelo.
4- Al recoger objetos: ¡dobla las rodillas! y evita movimientos bruscos.
5- Si tienes que llevar peso: repártelo entre los dos brazos.
6- Duerme del lado izquierdo: Favoreces la circulación de la placenta.
7- Usa calzado cómodo: Evita el calzado con suela muy fina y plana, un poco de amortiguación evitará dolores de espalda y articulares. Por seguridad, usa calzado sujeto al talón.
8- Haz estiramientos de espalda: Siéntate sobre los talones, échate hacia delante con la tripa entre las piernas y extiende los brazos. Mantén el cuello alineado con la columna.
9- Si puedes, haz un masaje especial para embarazada: acude a un fisioterapeuta especializado en embarazo. Te ayudará a relajarte y a aliviar el dolor.
10- Si tu médico o comadrona lo considera apropiado, puedes usar una faja específica para el embarazo; te ayudará a aliviar el dolor de la parte baja de la espalda y a soportar mejor el peso.